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Voluntariado Internacional y Servicio de Voluntariado Europeo

Las Venancias: Mujeres por la revolución

23 julio, 2013

Red de Mujeres del Norte “Ana Lucila” y Grupo Venancia

“En este lugar se respeta a las mujeres”, por Gustavo Rodríguez

 Ana Lucila fue una de las primeras mujeres defensoras de los derechos humanos tanto en el hombre como en la mujer. Su lucha significó un verdadero punto de inflexión en lo que a la voz de la mujer se refiere, y su muerte, a manos de uno de sus compañeros, un motivo para crear una red de mujeres en San Ramón que ahora tiene más de veinte años.

Venancia, campesina y defensora de los derechos de los trabajadores sobre la tierra. Al ser también pionera en tal hazaña, es uno de los iconos del poder femenino en Nicaragua. Su persona también dio pie a la creación de una organización que llevara su nombre.

Magdalena Picado, una de las principales representantes de la Red, explica que “la organización es un espacio de coordinación” “Somos diversas”

Desarrollan su trabajo en municipios de Matagalpa y en comunidades de la misma, aunque progresivamente se están extendiendo hacia el norte.

“Defendemos nuestro empoderamiento y liderazgo”

Es un hecho, una de las principales trabas del pueblo nicaragüense es la falta de consideración hacia la mujer, un machismo que está presente en las más profundas raíces culturales y que destruye no solo a la mujer, también a los niños, los hogares, el estado y, sin lugar a dudas, al hombre.

 

  Uno de los muchos carteles promocionales del Grupo Venancia

“Hay mucha violencia, muchas violaciones a niñas menores de trece años” La sexualidad es un tema tabú y controlado por los hombres. Hablar de ello resulta realmente complicado para los jóvenes; con los padres es imposible; con los maestros, complicado; limitando entonces su comunicación entre ellos a la escasa o inexistente experiencia que puedan tener.

La educación es fundamental en un desarrollo integro y completo del ser humano, posibilita el conocimiento y la autosuficiencia, el crecimiento personal y la capacidad de hablar. La educadora del Grupo Venancia, Nancy Mora, plantea que “la educación no es laica y no promueve el pensamiento crítico” “Eso es un problema”

Esta es la razón de que ambas organizaciones trabajen en proyectos educativos con jóvenes mujeres. También con jóvenes hombres, aunque en menor medida. Como norma general enfocan su trabajo en el sexo femenino, y desde ahí, “podemos cambiar la sociedad, y también al hombre”

Tanto Nancy como Magdalena tienen muy claro que “el adulto está radicalizado en lo que está, los jóvenes son la verdadera oportunidad” Esta es la razón de que gran parte de sus esfuerzos se dirijan a este sector de edad.

Venancia realiza distintas investigaciones de la sociedad nicaragüense, a través de las cuales estructura y desarrolla su actividad. Una de ellas se enfocó en la relación entre la religión y la mujer.

La religión es uno de los pilares fundamentales de la sociedad nicaragüense, por no decir el mayor de todos. Su aceptación goza de un altísimo porcentaje entre los ciudadanos, tanto de las zonas rurales, como de las grandes ciudades, y gran parte de su forma de vida se sustenta en sus principios. Los católicos, los evangélicos, todas las ramas del cristianismo nicaragüense, apuestan por un sometimiento parcial o completo de la mujer hacia el hombre. “Hasta que la muerte los separe” “Ellas aguantan”, asegura Magdalena.

“Nosotras las mujeres también somos machistas”

El Grupo nace en el 91 y trabaja en las zonas de Matagalpa y Jinotega. Gestiona y actúa como puente entre las distintas redes. Son catorce miembros (en muchas ocasiones actúan como promotores[1]) organizados en distintos proyectos de comunicación (actividades radiofónicas y eventos culturales) y de formación (con su escuela)

La escuela Venancia de formación en género y ciudadanía está destinada exclusivamente a la formación de la mujer. Hay tres niveles, el primero dirigido a un análisis social; el segundo a una adecuada sexualidad, a la participación ciudadana y a la integración del feminismo; y el tercero y último, a las relaciones madre-hijo. Para realizar estos cursos, previamente separan a las mujeres de las jóvenes (adolescentes), ya que consideran que la situación social y el rol que ocupan condicionan una necesaria diferenciación en su educación.

La Red se organiza a través de coordinaciones. Hay una coordinación por cada uno de los ocho municipios en donde la organización está presente. Cuatro son las mujeres, pudiendo variar la cifra, que forman cada coordinación. Cada dos meses dos miembros de cada coordinación se reúnen en una asamblea en la que se plantea el programa a realizar hasta la próxima reunión.  Una vez al año se produce el encuentro central, en donde se reúnen, esta vez sí, todas las componentes de las distintas coordinaciones, más aquellos miembros invitados que gusten asistir (suelen ser mujeres que anteriormente recibieron capacitaciones y que ahora se consideran como un miembro más) Rondan entre los ochenta y los cien miembros, que durante toda una jornada debaten un tema central, variando este de año en año.

La Red conduce su acción a través de las comisiones, impartiendo capacitaciones y desarrollando cada una de ellas en los distintos municipios. Las comisiones son de radio, acceso a la justicia por parte de la mujer, gestión administrativa en proyectos, empoderamiento económico que fomente la autosostenibilidad, y de ética.

La financiación de la Red es suministrada por Solidar Suiza, mientras que organizaciones españolas lo hacen con Venancia.

“Tenemos buen reconocimiento”, asegura Magdalena, aunque sería bueno señalar, que formalmente hablando. Informalmente, “nos miran como un ogro, que mucho jodemos”

Por lo general, las autoridades en Nicaragua, la gran mayoría hombres, no reconocen la palabra de la mujer, no la dan validez “Te habrás estado insinuando a otro hombre” suele ser el tópico. “Nosotras trabajamos para el acceso a la justicia de las mujeres”, siendo este su principal objetivo. “Tenemos que estar encima de las autoridades para que haya justicia”, explica Magdalena.

No pertenecen a ninguna religión, ni partido político. “Somos voluntarias, estamos a título individual”

Ahora bien, la mayoría son cristianas, “Dios es nuestro padre”, diferenciando claramente esto del uso que el ser humano hace de la religión. “Somos seres humanos, todos tenemos derechos iguales”

Estas mujeres tratan el machismo y la violencia intrafamiliar como temas claves dentro de su desarrollo.

Un aspecto interesante a resaltar es el concepto de feminismo, en España como equiparación de los dos sexos, en Nicaragua como supremacía de la mujer. Este pequeño matiz no carece de importancia. El hecho de que no exista un término que equipare ambos sexos es un claro determinante de una palpable confrontación entre ambos, ninguno quiere ceder.

Ambas organizaciones tienen muy claro que, aun siendo feministas (único término que pueda definir la defensa de la mujer aquí), no son radicales, apuestan por la igualdad.

La ley 779 (Ley integral contra la violencia hacia las mujeres) es la primera en reconocer los derechos de la mujer: Aparece como una reforma del actual Código Civil y refleja, entre otros, delitos como la violencia patrimonial y psicológica. “Este es un triunfo de las redes de mujeres”, la insistencia y perseverancia ha tenido un papel clave en el desarrollo de esta ley.

Pero su acción no se limita al sexo femenino, apuestan también por la defensa de los derechos en lo referente a la diversidad sexual. Poco a poco, “las personas ya salen a la calle”, aunque su aceptación diste mucho de ser una realidad. Como es de suponer, el matrimonio homosexual es una utopía, lo mismo sucede con el aborto.

Es ahora cuando empiezan a surgir organizaciones que trabajan en el desarrollo personal del hombre desde el hombre.

Otro de los causantes indiscutibles de la actual situación de la mujer es la cultura política. El líder, el caudillo, el jefe que siempre es hombre, “el que manda y los que obedecen. La pobreza nos hace vivir en esa resignación. Aceptamos todo”, dice Nancy “En Nicaragua hay mucha pasividad”

 

                                     Pintura de una de las paredes de la sede del Grupo

Siempre ha sido así, desde la Dictadura Somocista, pasando por la Revolución Sandinista, hasta los distintos gobiernos de la democracia. Siempre un líder claramente diferenciado del resto del pueblo. Este hecho ha condicionado durante toda la historia de este país la existencia de jerarquías y las jerarquías a su vez, la existencia de desigualdades.

 


[1] Los promotores se entienden como personas previamente capacitadas en determinadas actividades que posteriormente imparten, actuando entonces como multiplicadores del conocimiento.

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