Blog Amycos

Voluntariado Internacional y Servicio de Voluntariado Europeo

Bolivia, la otra realidad.

9 noviembre, 2015

Buenas tardes desde Bolivia!

Somos Belén y Julián, dos ingenieros de caminos que con gran ilusión elegimos realizar un voluntariado en cooperación a modo de prácticas en ingeniería con el objetivo de compartir y de llevarnos a casa una gran experiencia. Nuestro destino para trabajar fue Bolivia, más exactamente en las comunidades quechuas cercanas a la ciudad de Cochabamba, y ya hace aproximadamente un mes que llegamos a estas tierras tan lejanas.

En verdad no existió tiempo de adaptación, la primera semana nada más llegar, fuimos a Chachacomani, una de las comunidades dónde hace más frío, para tomar contacto con la realidad más austera de este país. Allí estaba comenzando la construcción de un invernadero para la escuela. El objetivo de esta construcción es que los niños cuya alimentación actual se basa casi exclusivamente en las patatas, aprendan la importancia de tener una dieta equilibrada mediante la producción de diferentes hortalizas.

Los constructores del invernadero eran los propios padres y madres de los niños escolarizados, por lo que fue difícil organizarles y explicarles el proceso constructivo del invernadero y los materiales a utilizar. Poco a poco se fue realizando la cimentación, nivelándola correctamente y dejando el espacio oportuno para los pilares. A su vez muchos de los miembros de la comunidad fueron encomendados en la fabricación de ladrillos de adobe que darían forma a los muros del invernadero. También se cortaron los aceros de los pilares a la medida correcta según nuestras indicaciones.

A parte de estar supervisando la ejecución de los cimientos también nos tocó coger el pico y la pala y ayudar a cargar arena y a colocar piedras, al fin y al cabo habíamos venido a echar una mano en todo aquello que estuviera a nuestro alcance.

En esa primera semana también estuvimos en la comunidad de Chapisirca, dónde está previsto implantar una red de abducción de aguas para llevar riego por aspersión a las parcelas de los locales. Nuestra labor en esta comunidad fue medir en terreno los ramales de la red de riego desde el conducto principal hasta cada parcela. También tomamos nota de la superficie de cada una de las parcelas para dimensionar adecuadamente la red según el consumo.

Estuvimos también en una comunidad llamada Rumicorral donde hicimos un diagnóstico de la red de aguas, debido a que existían algunas deficiencias. Concluimos que la tubería tenía pérdidas en dos de sus puntos aunque ya habían sido reforzados. Esta medida no había sido suficiente, por lo que informamos de esto a Anawin para ver si es posible realizar una reparación efectiva.

En la segunda semana estuvimos en Chaupisuyo, comunidad donde recientemente se había implantado una red de aguas potables por parte de Anawin. Nos encontramos con un corte de luz y con que no había agua potable desde hacía días y los habitantes de la comunidad estaban cogiendo agua para beber del antiguo sistema de agua cuya toma estaba contaminada por una charca con sapos muertos. Dada la gravedad del asunto, reunimos a algunos miembros del Comité del Agua de Chaupisuyo para que tras terminar sus trabajos en el campo pudieran arreglar la tubería con las herramientas que les proporcionamos y bajo nuestras indicaciones y supervisión.

Durante la segunda semana también quisimos ir a ver la toma de agua del sistema de agua potable de Chaupisuyo, que se encontraba al final de un arduo camino de subida, para así ver la construcción ya ejecutada.
También pudimos formar parte de una reunión con el Comité de Aguas a modo de entrega de la red y finalización de la aportación de Anawin en esa comunidad. Hicimos entrega de material para poder continuar con el mantenimiento de la red de agua y se le dio a la comunidad las capacitaciones necesarias.

Otro lugar al que fuimos fue Punacachi, una comunidad en la que ya estaba aprobado un proyecto de agua potable. Nos reunimos con sus dirigentes, hicimos una lista definitiva de los beneficiarios de la red y les informamos de la necesidad de constituir un Comité de Aguas para que velen por el mantenimiento de la red una vez que esté ejecutada.

A modo de tiempo libre durante estas dos semanas también participamos en temas educativos: reparamos la cerca del huerto escolar de Chapisirca y sembramos rábanos ya que las ovejas habían entrado y se lo habían comido todo. También estuvimos haciendo una actividad en la unidad educativa de Dobledero, dónde mediante juegos enseñamos a los niños la importancia que tiene el consumo de una dieta equilibrada. Además intervinimos en la escuela de Chaupisuyo en la unidad educativa de Wallata, donde las maestras reservaron un día para trabajo comunitario. Los niños trabajaron en la cama orgánica oxigenando la tierra, removiéndola, echando abono y después trasplantaron algunos plantines.

A partir de la tercera semana hasta ahora estamos embarcados en un mismo proyecto, que se trata de la elaboración de un proyecto de agua potable para la comunidad de Cuticorral, en el municipio de Morochata, pero ya en la próxima entrada explicaremos más detalladamente nuestro trabajo.

También queremos comentar que aparte del trabajo que hacemos en las comunidades con Anawin, los fines de semana hemos estado aprovechando para viajar y descubrir este país de tantos contrastes que no deja de sorprendernos, por lo que es difícil conectarnos a internet para poder escribir en el blog, ya que o estamos viajando o en las comunidades donde evidentemente no disponen de internet, pero haremos lo posible para manteneros informados de que es de nosotros durante nuestra estancia en Bolivia.

Esperamos que nuestros relatos sobre Bolivia nunca se terminen y haya muchísimo más por contar.
Un saludo de Belén y Julián.

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