Blog Amycos

Voluntariado Internacional y Servicio de Voluntariado Europeo

¡DISFRUTANDO!

4 agosto, 2016

Han pasado dos fines de semana desde la última vez que escribí. Por una parte, primero viajé a la Laguna de Apoyo, el cráter de un volcán. Casualmente en el autobús conocí a un chico de Managua, la capital de Nicaragua, que también se dirigía a la Laguna de Apoyo. Todo el mundo me había hablado maravillas de ese lugar pero hasta que no lo vives y estás ahí no lo comprendes. Es un lugar mágico, un lugar que transmite mucha paz y sales de allí renovado. El sábado aproveché para visitar, junto con el colega que conocí en el autobús, el Mirador de Catarina, donde ves desde lo alto toda la laguna de Apoyo. Es un pueblo muy turístico por este motivo. Y a la tarde volví a Granada ya que estaba muy cerca de esta ciudad, para montarme en una lancha y recorrer las Isletas. Son unas islas que se formaron cuando el volcán Mombacho entró en erupción hace miles de años y son propiedad de millonarios de muchos lugares del mundo. La isleta que más me gustó y más me llamó la atención fue la de los monos. En ella solamente vivían monos y nos acercamos con la lancha pudiendo casi tocarles de lo cerca que estábamos. El domingo, por otra parte, lo dediqué a descansar y disfrutar de la Laguna de Apoyo y para regresar de nuevo a San Ramón.

Y por otra parte, este fin de semana pasado no viajé, me quedé en San Ramón. El viernes nos fuimos de excursión a bañarnos a unas cascadas y pasamos por varias comunidades. Es cierto lo que dicen, no eres consciente de la realidad que se vive en el mundo, no te das cuenta de ello hasta que lo vives y lo experimentas. Fue un fin de semana tranquilo, para disfrutar y conocer gente.

En cuanto a mi trabajo en el CDI, estoy realizando material didáctico para trabajar con los niños en clase. Está siendo una experiencia muy enriquecedora, no tanto en recursos, técnicas y metodologías si no en cómo llevar una clase con pocos recursos, en organizar, programar y realizar horarios. Está  siendo genial la experiencia.

 

Una vez adaptada a la gente de aquí, al lugar, al ritmo de vida y las costumbres y conoces gente estpenda, me doy cuenta de lo feliz que estoy en San Ramón, de lo que me llena estar aquí. Aunque esté a miles de kilómetros de casa no tengo la sensación de que me falte nada, todo lo contrario me siento completa.

Hasta la semana que viene,

Oziel Satrústegui

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