Tras un mes en las Tablas…
14 agosto, 2011
Aunque al final no lo parezca, dado lo cargado de vivencias que tiene cada día, el primer mes ya se pasó volado, y esto es lo que nos ha ido dejando:
La primera impresión de esta comunidad pequeña, de apenas 30 familias, fue muy agradable, todavía me impresiona cuando amanezco y contemplo las montañas con su neblina, y los zanjeos y hierros cercanos, que recuerdan al momento la realidad de algo, que, no hace mucho, era sólo un sueño para la gente de acá…
Las Tablas es bien alegre, los chavalos siempre te regalan una sonrisa, y la gente, dispuesta a la plática, enriquece mis horas a la vez que me regala un cafelito de los suyos, suave y dulzón, símbolo de su hospitalidad y acogida.
Esta comunidad no cuenta todavía con electricidad, ni letrinas, ni una carretera en condiciones (aunque se mejoró bastante gracias al proyecto) ni agua (lo más preocupante), con el proyecto de vivienda se construyó un pozo comunitario pero apenas cubre las necesidades de las familias, y estamos ahí peleando para conseguirlo…
Durante este tiempo hemos estado visitando a todas las familias de la comunidad, algunas agarran bien lejos, y con la canícula esta en la que estamos (llueve turcazo unos días y otros hace un sol de justicia) pues gracias a las botas de hule no encallamos por ahí, está todo bien resbaloso y enlodado, pero llegar y platicar pues estuvo pijudo (= muy bien). El barro y la lluvia (o la sudada extrema) son la antesala necesaria para disfrutar de un reconfortante café y un rato distendido platicando y platicando y platicando… ventajas de no tener electricidad (ni TV)
Mi compañera Isabel se marchó hace unos días, la despedida estuvo fenomenal, bailamos piñata!!! A mí me queda todavía mucho, pero cada día, a pesar de algunas dificultades, de no entendernos con la gente porque aunque hablamos el mismo idioma (a veces no lo parece), no pensamos lo mismo, encuentro mil motivos para sonreir y esforzarme, quizás un abrazo de las gemelas, jugar a reventar chimbombas con los chavalos, platicar y organizar un comité para conseguir ese agua potable que no tienen, ayudar a la maestra con los más pequeños, un café con unos, luego otro con otros, y así van pasando las horas, los días, las semanas y estoy seguro que sin darme cuenta se paso mi tiempo acá, por esta vez…Ya domino el arte de palmear tortillas, y ando a la caza del congo, que es un mono que hay por aquí… y bueno, mil y una historias….
Una de las cosas que me sorprende de Las Tablas es su organización, hay un comité para casi todo, y un grupo niños y jóvenes, que se reunen todos los sábados para compartir algún tema formativo (Democracia, Autoestima, Drogas)… Ellos manifiestan su preocupación por los estudios, acceder a secundaria es un gasto considerable, y la mayor parte no se lo puede permitir, el instituto agarra lejos, y o lo hacen en sabatino (clase intensiva los sábados), o no se lo pueden permitir.
El trabajo escasea, la gente acá agarra tres meses al año en los cafetales y gracias… y el hambre, esa que el gobierno dice que no existe en Nicaragua, golpea sobre todo a algunas familias, que dependen de su pequeña huertita de maiz y frijoles… Dentro del proyecto también se trabaja el diversificar sus cultivos, que no dependan tanto del grano, y poder hacer acopio para las épocas malas.
Don Carlos, el padre de familia donde vivo, siempre me pregunta si no me aburro, yo le digo que no tengo tiempo para eso, si un día no estoy cruzando el río para llegar a otra comunidad, Mamonal, con el agua hasta el pecho y una corriente brava brava, otro día estoy con la huerta de Don Pablo aprendiendo de plantas y frutales, y ya casi no parezco tanto de ciudad jaja…
Esta comunidad me da testimonio de trabajo duro todos los días, de luchar por conseguir una vida digna, y mejor… La próxima semana empezaré a dar algunas capacitaciones (ya estuvimos organizando una Escuela de Familias), para trabajar algunos temas de comunicación, habilidades sociales, resolución de conflictos… y así voy aportando mi pequeño grano de maíz, y recogiendo lo que otros acá también han ido dejando (Laura, Marta, como se acuerdan de vosotras…)
No quiero extenderme más, pero como, por si no lo había dicho, en Las Tablas todavía no tenemos wifi, cada vez que agarro un ordenador me emociono jaja… quedan muchas cosas en el tintero, reflexiones, sentimientos… para la siguiente…
Un abrazo fuerte y revolucionario
Pablo