Culturizándonos en Macerata
25 febrero, 2015
Tras tres intensas semanas, las cosas ya se van normalizando en Macerata. Ya formamos parte del caos de esta ciudad, nos atrapa con sus (a veces dudosos) encantos. Y es que ir paseando, al cine o al teatro y encontrarte con caras conocidas es muy reconfortante. Las cantinas de Macerata están cumpliendo a la perfección su función socializadora, y el vino su función de profesor de Italiano: no se qué tiene el vino Marchigiano, que suelta la lengua que da gusto.
El jueves pasado se celebraba el año nuevo chino, y había espectáculos y actividades en la plaza principal: canto, artes marciales, vistosos bailes, proyecciones de video mapping… Todo muy bonito y divertido, y teniendo en cuenta que nuestro compañero de piso, Daniele, es profesor de chino, vivimos todo con su contagioso interés.
Otra vertiente cultural que no nos podíamos perder es el futbol. Il calcio Italiano! Tenemos la suerte de vivir con un ultra de la Maceratese, o la RATA, como apodan al equipo de aquí. Yo, desde el domingo, tengo una nueva definición de “amor incondicional”, y es la siguiente: coger el coche un domingo (de resaca?), hacer un trayecto de 2 horas con destino a un pueblo de 5.000 habitantes a ver jugar a un equipo que está en Serie D, y pasarte los 90 minutos del partido dejándote la voz y el hígado en el campo. “totalemnte dipendente, non so stare senza te, bianco e rosso nelle vene, ti amo Maceratese alè”. Gran experiencia.
Pero también estamos trabajando algo. Las cajas de bambú para la recogida de ropa usada ya están terminadas y ayer las llevamos a los institutos. El resultado es muy bonito y nuestra proxima misión es fabricar jabón natural. A ver qué tal sale…
Ciao pescao!