Maceratese, fino alla fine.
27 mayo, 2015
Aquí estoy de nuevo, después de haberos tenido a todos, durante tres semanas, en sequía de noticias. Y es que pierdo la movilidad de una pierna y pierdo la constancia en mis publicaciones, y esto no puede ser. Ahora ya me he recuperado del pequeño incidente del tobillo, asique os cuento. En todo este tiempo hemos hecho muchísimas cosas, asique me voy a contentar con escribir solo unas rápidas pinceladas.
Con la asociación “i nuovi amici” estamos haciendo cada vez más cositas. Los chavales discapacitados ya han cogido mucha confianza con nosotros, y en este clima relajado es más fácil trabajar con ellos. Los lunes, les damos clases de español, y están todos encantados de haber aprendido a decir “manzana”, “buenos días” y cuatro chorraditas más. Ya creen estar listos para viajar a España…nadie les ha explicado que con la palabra “manzana” no se llega muy lejos en nuestro país (exitosos productores de sidra, esto no lo digo por vosotros).
Os pongo un par de fotos de ellos. En la primera, están haciendo karate. Es uno de los pocos momentos en los que se están calladitos y concentrados, no sé si porque son conscientes de la nobleza y respeto intrínsecos en este arte marcial, o porque tienen pánico al profesor que les impone una disciplina a base de simpáticas collejas y gritos. La segunda foto es de un partido de futbol que jugaron. Me hizo mucha gracia que antes del partido todos cantaran el himno italiano “fratelli d’Italia” con la mano en el corazón. Se la conocen de cabo a rabo, poniendo así en duda mis dotes de maestra, puesto que yo, en 4 lecciones de español solo he logrado hacerles aprender unas poquitas palabras.
Ficana, nuestro barrio, también ha estado bastante movido últimamente. El domingo pasado vino un grupo de arquitectos de toda Italia a conocer el barrio y las casas de tierra, y a nosotros nos tocó alimentar a las bestias. Nada que unas cuantas tortillas (otra vez, sí), una gran ensalada de cebada, y unos litros de buen vino Rosso Piceno no puedan arreglar. También se organizó coincidiendo con las celebraciones del día de la ascensión, una muestra de cuadros por las calles del barrio. Y el buen tiempo no defraudó. Las obras teatrales tampoco escasean, la luz y el ambiente que se respiran en Ficana serían el sueño de muchos directores de teatro.
Y como de costumbre, no he cumplido con mi promesa de ser breve, asique pongo las últimas fotos, sin alargarme con las explicaciones.
Hasta pronto!