De tiempo y obsesivas compulsivas
19 enero, 2016
Nos han estado preparando durante 11 meses para este momento. Formaciones, encuentros con ex-voluntários que nos traspasan sus experiencias, charlas, sermones. Pero a pesar de haber tenido todo este tiempo la llegada del famoso link para acceder al formulario del Youthpass marca el momento del no-retorno.
Estamos casi a punto de cerrar la fase de negación para pasar a la de aceptación. Y es que no nos queda otra. A algunos nos ha durado más que a otros. Hay quien llegó a Portugal ya pensado que se acababa el proyecto y hay quien ha decidido ignorar este hecho y hacer como si nada.
En todo caso, es complicado no sentir un poco de aprensión al leer:
“Estão a receber os Youthpass para preencherem, este documento funcionará como um certificado para o futuro”.
Complicado porqué te obliga a:
- Aceptar que esto se acaba (ahora si, va enserio)
- Mirar hacia atrás para hacer balance (algo que ahora mismo no apetece)
- Reconocer que 11 meses no son nada para hacer todo lo que queríamos
- Afrontar que toca recoger los trastitos y cerrar una etapa (para iniciar otra)
Tengo una libreta donde hago listas de cosas. Para no olvidarme, para aclarar ideas o simplemente porque me encanta hacer listas y luego tachar las cosas que he hecho. Hace unos días decidí hacer una, en realidad una triple lista, muy parecida a la que hice unas semanas antes de dejar Barcelona en marzo. La lista caduca el 22 de enero:
– Cosas que tengo que hacer
– Cosas que me gustaría poder hacer
– Cosas que sé que no podré hacer
Un amigo me preguntó que sentido tenía hacer una lista de cosas que no podré hacer. Para mi es muy obvio: llega un momento cuando estas cerrando una etapa en que te estresas intentando aprovechar cada minuto para ver a gente, repetir experiencias, ir a aquel parque / museo / sitio, al que todavía no has ido… y en realidad dejas de disfrutar de ese tiempo porqué se convierte en una carrera contrarreloj.
Por eso la lista sirve para aceptar que hay cosas que TENGO que hacer – rellenar el Youth Pass, cambiar un faro de la furgoneta, escribir el artículo para el blog de Amycos …- cosas que ME GUSTARÍA HACER, y por las cuáles vale la pena estresarse un poquito – ir a comer francesinha vegana a Oporto, imprimir unas fotos de recuerdo, hacer una cena de despedida en casa, … – y cosas que sé que ya NO VOY A TENER TIEMPO DE HACER antes del 22 de enero – pasar por Lisboa, ir de acampada a Serra de Estrela, acabar el libro “Ensayo sobre a ceguera”, ir a Faro a ver a Toma, conocer las Azores …-.
Sin dramatismo ni nada, es una manera fácil de aceptar que es mejor hacer pocas cosas bien que muchas a medias. Passar tiempo de calidad que decíamos no hace mucho tomando unas cervezas con una amiga. Y es que en estos once meses ha habido muchas veces en las que me las he visto corriendo, con una agenda de ministro, para poder hacer y ver e ir, a absolutamente todo. Pero ahora que tengo que cerrar maletas otra vez vale la pena sacar lápiz y papel y hacer una pequeña lista. Para aprovechar de manera relajada y dedicando tiempo a las cosas que me apetece hacer. Y porqué se que me van a sobrar motivos para volver a Portugal.
Ahora si, ya puedo tachar de la lista: Artigo Amycos! 😀