Blog Amycos

Voluntariado Internacional y Servicio de Voluntariado Europeo

Liberar su mente para ser totalmente disponible : una clave importante para abrirse en un contexto intercultural

3 febrero, 2017

De hecho y de manera general, ser una voluntaria representa una oportunidad casi única para recibir y compartir conocimientos y alcanzar objetivos comunes sin la esperanza de retorno alguno. Debe ser una experiencia, un intercambio puros, lejos de la vida que puede ocurrir en el mundo profesional futuro. Por eso, este voluntariado es una experiencia completa, total. Os sumerge en otra cultura y estimula tus propios esquemas de vivir.

Yo llegué aquí, intentando evitar por todos los medios la tentación de imaginar lo que podría ocurrir. Para tomar lo que esta experiencia puede ofrecerme, y para ofrecer lo que a las personas que yo encuentro podrían juzgar útil. Imaginar lo que puede ocurrir es correr el riesgo de interpretar la realidad de manera sesgada desde el primer paso. Por supuesto, no es cosa fácil. La tentación de pensar y analizar situaciones en el punto de vista de su propia cultura siempre está aquí y siempre será. Entonces, el trabajo principal de los primeros meses consiste en enfocarse en el momento presente : escuchar conversaciones que no entendemos al principio, leer la prensa en español y evitar leerla en francés, escuchar las noticias y tomar cafés y copas con gente nativos.

Este estado mental de disponibilidad completa no es una forma de borrar lo que hemos vivido en el pasado, sino de extraernos de la estructura formal de pensar para recibir la  información en forma bruta. Así fue también, según yo, nuestro encuentro con María e Ilaria, las dos otras chicas voluntarias provenientes respectivamente de Grecia e Italia. Una encuentro  sin juicios, sin estereotipos de país para iniciar conversaciones al principio. Rápidamente, parece que estamos aquí por la misma razón, o por lo menos con el mismo estado de ánimo. Entender mejor a los demás, intentar descubrir lo que podemos hacer para crecer y hacer crecer sin la pretensión de cambiar el mundo sino de entenderlo mejor para actuar a nuestra escala. ¿Cómo hacemos? Pues primero, vamos a tomar café.

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