Volvemos a la carga
26 noviembre, 2018
Buenos días,
Vuelvo a pasarme por aquí para seguir contándoos mis aventuras en Bolivia. Esta semana ya me encontraba con más energía pues la medicación ya había surgido efecto y además venía con las pilas cargadas después de un estupendo fin de semana en Torotoro, en donde habíamos caminado por lugares impresionantes que te dejan sin aliento (aunque esto también es debido al cansancio y la altura).
Aunque como ya os he comentado me encontraba con más ánimo, las cosas no fueron tan bien como nos imaginábamos y los pequeños problemas que surgieron me fueron retando a lo largo de la semana. Primero en inmigración ya que no contamos bien los días para sellar el pasaporte y fuimos dos días mas tarde, luego hubo fallos mecánicos en el coche que nos hicieron llegar tarde al trabajo, también hubo algún malentendido que hizo que me llevase unos planos sin actualizar a terreno y eran con los que tenia que hacer las mediciones y por último los hospitales que me vuelven loca pues no envían bien la documentación al seguro… (Sin embargo, he de añadir que esto es Bolivia y que cosas así son el día a día de aquí y al final se convierten en la flor de la vida y en anécdotas para recordar).
A pesar de estos pequeños percances, la semana resultó productiva y conseguimos acabar toda la medición del sistema de Kochimayu (la comunidad en el que tuvimos la fiesta de inauguración del sistema de agua potable hace un mes y que por cierto seguía todo tal cual, toda la basura de aquel día en el suelo, es una verdadera lástima la gestión de residuos en las comunidades) para poder verificar los planos y planillas esta semana.
Por otro lado, cuando llegue a Tablamayu ya habían acabado la tapa del tanque y por ello pudimos empezar con la elaboración de las piletas casa por casa, labor que nos llevará hasta finales de diciembre, pues el ritmo es de 4 piletas por día y son mas de 100 beneficiarios. Sin embargo, aunque sea una tarea tediosa me parece la parte mas enriquecedora de este trabajo, pues es cuando más conectas con los beneficiarios, los conoces y compartes su tiempo. Además, ellos están muy agradecidos pues es cuando empiezan a ser conscientes de que tener agua potable en su casa es una realidad y esta emoción te la hacen llegar.
Es un verdadero placer poder formar parte de todo esto, día tras día y aventura tras aventura.
Me despido con pena ya pues va quedando poco tiempo y tenemos que aprovecharlo al máximo.