Experiencia trabajando como asistente de fauna salvaje en VOC Beernem
4 octubre, 2024
Hola a todxs!
Mi nombre es Eline, tengo 19 años y durante estos últimos 4 meses he tenido la suerte de poder trabajar como voluntaria en un centro de rescate y rehabilitación de animales salvajes en Bélgica (VOC Beernem).
Mientras escribo esto se acumulan un montón de emociones en mí.
Por un lado la gratitud y felicidad de poder haber contribuido a un proyecto tan bonito e importante, rodeada de un grupo tan diverso y familiar.
Por otro, la tristeza de saber el poco tiempo que me queda en este sitio, acompañada por el deseo de reunirme con mis seres queridos y de volver a mi hogar.
A pesar de haber estado rodeada por animales toda mi vida y de poder haber trabajado con algunos, mis conocimientos sobre la rehabilitación de animales salvajes eran prácticamente nulos. Al llegar al centro todo me resultaba desconocido y no sabía cómo desenvolverme en aquel entorno.
Poco a poco fui adaptándome al funcionamiento del centro, realizando tareas de limpieza, mantenimiento y alimentación de los animales.
A medida que adquiría más experiencia y soltura, se me permitió hacer cosas más avanzadas, como la administración de comida mediante sondas o el manejo de ciertos animales más sensibles durante la administración de medicamentos y chequeos.
Desde entonces he tenido la suerte de tratar con animales que nunca había podido ver de cerca como cucos, lechuzas, erizos, corzos, garzas y un sinfín de animales más.
Sin duda, mis momentos favoritos han sido aquellos en los que se me ha permitido asistir durante los tratamientos y chequeos de animales menos comunes o de casos más complicados. Poder ver cómo se realizan estos tratamientos y recibir una explicación del por qué de todo ha sido un absoluto privilegio.
Trabajar en un centro de rehabilitación también tiene sus contras, y es que uno está rodeado constantemente por animales enfermos, siendo testigo de la muerte y el sufrimiento de muchos de ellos. Sin embargo, esto es algo para lo que ya venía mentalmente preparada y el poder ayudar a darles una segunda oportunidad me ha servido de gran consuelo.
La experiencia también me ha servido para descubrir un poco más acerca de la cultura belga y del propio país. Vivir con una familia de acogida me ha permitido aprender mucho más sobre este lugar.
Sin lugar a duda, lo que más recordaré de mi voluntariado en VOC Beernem es a las personas maravillosas con las que he tenido el gustazo de poder trabajar, todo el conocimiento y la experiencia que he podido adquirir y los animales a los que he podido ayudar durante estos meses.
Todos y cada uno de ellos me han aportado algo y los recordaré durante el resto de mi vida.