Blog Amycos

Voluntariado Internacional y Servicio de Voluntariado Europeo

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Estado: Borrador

2 enero, 2016

Comprobar las cosas, siempre. Una, dos, tres y cien veces si hace falta.

He publicado el post en el Blog de Amycos? Claaaaaarooooooo, seguro!

Y olé! Me voy al pueblo, nunca mejor dicho.

Pasan las Navidades y vuelvo a Portugal. Y cuando me dispongo a escribir el primer post del año en el blog: Sorpresa!!! Veo que el último no se había publicado y seguía esperando su turno en “Borradores”.

Aquí va, con retraso, feliz 2016!

Portugal se ha llenado de luces de colores. Claro, es casi Navidad. Ese “casi” que llegó a finales de noviembre para quedarse. Árboles, decoraciones llenas de purpurina, un montón de Papas Noëls en ventanas,  jardines, tejados, paredes, tuberías de desagüe; rotondas decoradas con ángeles – que amanecen al día siguiente decapitados –, colas en los centros comerciales, ofertas de turrón, licores, bombones; villancicos a todo volumen y a todas horas en supermercados, tiendas y calles comerciales. El olor a leña – mezclado con churrasco – un montón de mantequilla distribuida en dulces de todo tipo, forma y tamaño; en definitiva lo que podríamos llamar “Espíritu Navideño” a llegado para quedarse y como no podía ser de otra manera está caracterizado por el exceso.

Y en medio de los múltiples intercambios de amor, buenos deseos y abrazos, mi calle se ha convertido en una discoteca. Los vecinos parece que han empezado una batalla a ver quien consigue poner más luces decorativas en ventanas, puertas, plantas, paredes. Todo es decorable. Des de la palmera del jardín al tendedero de calcetines. Y los colores se entremezclan en una combinación de rojos, amarillos, blancos y verdes brillantes, que nos acompaña des de que se va el sol hasta altas horas de la madrugada. Llevar gafas de sol es imprescindible para cruzar la calle sin quemarse las retinas y tanto parpadeo intermitente completamente aleatorio parece que anuncie la llegada de una nave espacial.

En estas semanas las dinámicas en casa han cambiado un poquito: pasamos más tiempo juntos, jugando al ajedrez, con alguna que otra copita de vino y hasta me he animado a rescatar mis pocos conocimientos de guitarra para torturar al personal. El primer día que encendimos la chimenea me invadió una sensación de nostalgia. Si el invierno había llegado significaba que el proyecto se acercaba ya a su final.

Nos encontramos en constante tensión pre-despedida. Quedan algo más de cinco semanas* – sin contar las Navidades que voy a pasar en casa . Somos conscientes de que tenemos que aprovechar todos y cada uno de los minutos y cuando llega el momento de ir a dormir, poner en orden las ideas, empezar a pensar en el post-SVE y sobretodo, lo más importante: cerrar las persianas a cal y canto, para conseguir dormir sin tener la sensación de estar en medio de una fiesta tecno o la paranoia de “Requiem for a dream”.

* Después de las dos semanas pasadas en la carpeta borradores, no quedan más que cuatro semanas para acabar el proyecto.

¡Esto se acaba! y otros momentos drama queen

17 noviembre, 2015

He estado 10 días en Barcelona y en Madrid. Merecidas vacaciones. Porqué, hacer un voluntariado es trabajo y experiencias y también necesitamos desconectar o mejor dicho, reconectar: con los amigos, la família y con nosotros mismos.

A mi regreso a Feira encuentro las cosas más o menos como las dejé y mientras en la cocina de casa nos contamos las peripécias de los últimos dos fines de semana, Franco se levanta nervioso y suelta una frase ya habitual en él: “¿Os dais cuenta que esto se acaba?”. Todos nos reímos de su momento “drama queen” y es que lleva pronosticando el final desde el primer mes de estar en Portugal.

Pero en el fondo nos damos cuenta de que, ahora sí, ya estamos muy cerca del final.

En octubre – sí, los sé que llevo dos meses sin escribir nada! 😀 – estuvimos en la formación “Midterm” para voluntários que organiza la Agencia Nacional en Braga. A diferencia del “Arrival” donde conoces a otros voluntários europeos, estrechas lazos, les invitas a venir a tu ciudad o pueblo y prometes que les irás a visitar, ahora te reencuentras con muchos de los que conociste en la primera formación, intercambias de nuevo invitaciones de visitas pero – y aquí viene la parte complicada del asunto – te despides de muchos de ellos. Sabes que es complicado volverlos a ver, por lo menos en Portugal, porqué están acabando el proyecto, porqué ja no te quedan vacaciones  o porqué el pocket money que estiras de manera impresionante, no te da para más viajes.

Han volado nueve meses. Y me piden que haga una valoración. Ya me he escaqueado un par de veces alegando espesura mental. Pero, sí, toca hacer balance y empezar a pensar en lo que voy a hacer en unos meses. Y da miedo. Este tiempo aquí ha sido como una burbuja, un paréntesis, que en breve terminará. Pero creo que voy a re-escaquearme otra vez y a dejar los balances para más adelante.

De momento, después de dos semanas sin ir al Centro de Día, los abuelos me han recibido con sonrisas. Se alegran de que haya vuelto.  Y yo también. Para esta semana tenemos prevista una sesión de Skype con el Centro de Día de Fiães, donde está Franco haciendo su voluntariado. Es interesante que los abuelos vean como funciona y para que puede utilizarse internet y las nuevas tecnologías. Quien sabe si en unos meses me llamaran para contarme como están o me escribirán un e-mail como hizo Doña Ilda el otro día con su hija.

Empezaba así:

“Queridísima hija, mamá al habla. Estoy delante del ordenador a aprender como funciona esto y me acordé de ti. Quería decirte que te adoro y te quiero con locura mi querida”.

En la página de la asociación O Abrigo, hace unos meses inauguraron una sección donde puedo colgar algunas fotos y comentarios de mis actividades. A los curiosos os dejo el enlace: “Pequenos momentos para guardar na memória

Desculpe, para chegar a…

30 agosto, 2015

Desde que tenemos carrinha -léase furgoneta – nos hemos acostumbrado a movernos mucho, sobretodo cuando llega el fin de semana. Durante nuestras excursiones, una de las primeras cosas que detecté fue que llegar a destino no es tan fácil como era de esperar. No es que mi especialidad sea orientarme, pero en Portugal las indicaciones, carreteras, direcciones, nombres de pueblos, todo, es bastante confuso.

Antes de salir de casa, como cualquier aventurero que se precie, te organizas, miras el mapas y eliges la destinación. A poder ser pasando por carreteras nacionales, de las de curvas que atraviesan todos los pueblos de la zona y donde la máxima permitida sean los 50 quilómetros por hora. Una vez hecho esto, y con la ruta bien estudiada, te lanzas a la aventura. Pero parece ser que esto tampoco sirve de mucho.

Los problemas empiezan cuando estás siguiendo felizmente un cartel y éste desaparece como por arte de magia. “Ui! ¿Donde está la indicación?”. Das vueltas a la rotonda. Una, dos y hasta tres veces. No aparece. Pero – todavía – no pierdes la calma porqué quizás no lo has visto y –evidentemente – en breve van a aparecer otros carteles para sacarte de dudas y ver si te has despistado.

El sudor frío aparece cuando, después de unos minutos, los carteles en cuestión brillan por su ausencia. O por lo contrario empiezas a encontrar indicaciones enormes y casi luminosas que te invitan cordialmente a meterte en la autopista, que en este momento es, por muchas razones, el enemigo.

En una situación normal, sacarías el móvil. Conectarías el GPS y el siempre útil Google Maps te ayudaría a encontrar el camino. Pero claro! Estás en Portugal y has decidido NO contratar datos para estar más tranquila, desconectar, poner distancia y bla-bla-bla. Pura patraña, como indican las 348 contraseñas de wifi de bares, estaciones, aeropuertos, centros comerciales, tiendas y casas de vecinos, que tienes memorizadas en el teléfono.

Tras unos segundo de sofoco, ¡se hace la luz! Y te acuerdas de como era tu vida antes de los SmartPhones. Y, oh, ¡maravilla! Decides parar el coche, abrir la ventanilla y preguntar a los habitantes de la zona. Por suerte, la facilidad con la que uno puede perderse o desorientarse en Portugal contrasta con las ganas y energia que le ponen los portugueses al dar indicaciones. Todavía no tengo claro si una cosa es consecuencia de la otra o si se complementan.

El caso es que no escatiman detalles y si necesitan 15 minutos para explicarte como llegar, te los dedican sin problema. O llaman al primo que les confirma que lo que te están diciendo es correcto. O te hacen un mapa en tres dimensiones, contando las gasolineras, puentes y rotondas de los siguientes diez quilómetros. O se meten en el coche contigo y te acompañan. También les gusta mucho eso de darte el teléfono por si, casualidades de la vida, otra vez te perdieras por esa zona, vayas a tomarte un café con ellos. Pero esa es otra história.

Moraleja: si alguna vez te pierdes en Portugal, no lo dudes: para y pregunta.

Un apunte medieval

19 agosto, 2015

La semana pasada acabó el Viagem Medieval de Santa Maria da Feira, uno de los eventos más importantes del pueblo junto con el Imaginarius. Durante diez días las calles, la gente, las tiendas, el castillo, los parques. Todo, absolutamente todo se transforma para reconstruir el esplendor que tubo la ciudad durante esa época. A pesar de los más de cinquenta mil visitantes por día y la consecuente locura que eso implica, la verdad es que lo acabamos disfrutando. Nos disfrazamos y conocimos a gente. Probamos todas las bebidas “típicas” del momento y nos hartamos de andar por las callecitas empedradas. Vimos salir el sol en lo alto del castillo y asistimos a algunas situaciones más o menos surrealistas que quedan gravadas a fuego en la memória– como no podría ser de otra manera al tratarse de recuerdos de la Edad Media.

Pero aún que parezca mentira también trabajamos. Y a petición de nuestra asociación, Rosto Solidàrio, salimos un día a la calle ataviados con las camisetas de super-voluntários para interrogar a la gente sobre qué era para ellos el Servicio Voluntario Europeo. Pizarra en mano les pedíamos a los visitantes que nos escribieran lo que primero les viniera a la cabeza. Y tuvimos de todo: desde palabras como solidaridad y aventura, hasta perdida de tiempo y esclavitud. También nos regalaron más de un “Não faço idea”. Respuesta perfecta que aprovechamos para repartir nuestros flyers y dar un poco de información sobre el tema.

Justo estos días se cumplieron seis meses de nuestra llegada a Portugal. Y ha coincidido también con muchas visitas de familiares y amigos que aprovechan las vacaciones para saludarnos. El lunes cuando recuperamos cierta normalidad, la casa se había quedado vacía. Pero esta tranquilidad durará poco porqué el 31 de agosto ya llega el primero de los tres nuevos voluntários que van a formar parte del proyecto.

En marzo solíamos decir, “falta mucho para septiembre” y ahora ya – casi –están aquí. Faltan días para inaugurar la segunda parte de la experiencia. Esta vez un poco más apretados y confiando, muy mucho, en que la llegada de los nuevos conllevará también la llegada de una nueva nevera. Que nervios!

 

Partilhar…

2 junio, 2015

O que è partilhar? Partilhar significa dividir, compartir, dar y recibir.

Es domingo por la mañana -perdón, más bien es domingo al mediodía – y nos sentamos alrededor de la mesa de la cocina. Desayunar pancakes no es típicamente portugués pero en casa se ha convertido en casi una tradición y por lo menos una vez al mes nos juntamos y disfrutamos de los experimentos culinarios de Franco que se esmera para mejorar la receta de “pancakes-sin-leche-ni-mantequilla” aptos para cierta vegetariana boicoteadora de vacas. (Obrigadíssima!)

Marabunta durante el Imaginarius

Marabunta durante el Imaginarius

Hemos tenido dos fines de semana muy intensos y mientras comemos seguimos comentando anécdotas y reviviendo momentos. El 22 y 23 de mayo Santa Maria de Feira se transformó por completo durante el Imaginarius: el festival internacional de teatro de calle. Una servidora decidió que lo de hacer de voluntaria durante la semana no era suficiente, así que me propuse para trabajar durante los días del festival. Y a pesar del calor, el frío y las horas que pasé de pie, valió -nunca mejor dicho- la pena.

Las coincidencias, que tanto me gustan, hicieron que éste año actuaran en el festival el grupo Guillem Albá & The All in Orchestra con el espectáculo Marabunta. Así que a parte de disfrutar del espectáculo, que fue maravilloso -si pueden no dejen de ir a verlo- tuve a un grupito de catalanes saltando y revolucionando Feira.  Han pasado casi 10 días y todavía se pueden ver a gente “partilhando” por las esquinas, pero para entender esto tienen que ver el espectáculo! ;D

Conciertos en Serralves, Oporto

Ese mismo fin de semana también tenia visita así que en cuanto se acabó el Imaginarius salí pitando para Oporto para compartir con Laia un poco de esta ciudad que con el buen tiempo no deja de sorprenderme. Llena de conciertos, actuaciones y festivales. Como el Serralves em festa: o lo que es lo mismo, cuarenta horas de espectáculos, conciertos, performances y actividades en los jardines de la Fundación Serralves donde está construido también el “Museu de Arte Contemporânea” de Oporto. Desde el sábado 30 hasta el domingo 31 de mayo todo gratuito y apto para todos los públicos. No llegamos a quedarnos las cuarenta horas pero desde las diez de la mañana hasta las 3 de la noche nos dejamos de pasear y recorrer los jardines empapándonos de sol, de música y de gente.

Volviendo a el domingo, mientras nos tomábamos nuestro particular brunch y seguíamos hablando de Serralves, de los conciertos, de las performances, del Imaginarius, de Marabunta y de “partilhar. Y – permitan ahora que me ponga sentimental -llegamos a la conclusión que son éstas pequeñas anécdotas las que nos servirán de hilo conductor para reconstruir este año de SVE. Así que cuando el amigo Horta nos hizo escuchar la canción de Sérgio Godinho la incorporamos immediatamente a nuestras bandas sonoras y es que:

A vida é feita de pequenos nadas” o lo que es lo mismo: “La vida está hecha de pequeños nadas”.

Y mientras tanto, parece que vamos a tener tomates en el jardín!

Los futuros tomates, en forma de flor

Dos meses!

20 mayo, 2015

Dos meses pueden ser mucho tiempo, pero han pasado tan rápido que da un poco de vértigo. Ahora mismo somo 5 voluntários compartiendo casa, pero en pocos dias vamos a tener que despedir a Dária, que después de un año se vuelve a Rusia.

Dos meses han dado para mucho y hemos tenido tiempo de hacer algunas excursiones y viajes juntos. Cuando llegamos ella nos explico algunas cosas, nos presentó a mucha gente y nos ayudó a ubicarnos un poquito más. Está claro que la vamos a echar mucho de menos: товарищ !!!

Dos meses desde que aterrizamos en Santa Maria da Feira. Conocímos nuestros proyectos y empezamos a balbucear las primeras palabras en portugués. Cuando llegamos parecía que faltara una eternidad para el mes de mayo, pero las semanas han volado. Ahora Oporto ya es tierra conocida, Lisboa un poco menos desconocida y en Feira ya tengo esa sensación de estar en casa.

Algunas cosas curiosas que han pasado en estos meses: vivimos la “Queima das Fitas” en Oporto! En realidad más bien la vivimos desde lejos, porqué la ciudad se convirtió en un locura y la lluvia, que no nos dio tregua ese fin de semana, no ayudó a que participáramos de la euforia estudiantil. Y es que durante el mes de maio las universidades de Portugal celebran su particular semana académica. Entre ostras cosas celebran el final de curso y el paso de los estudiantes al siguiente nivel. Intentaré explicarme: existe una jerarquía complicadísima según la cual se clasifican los estudiantes de los diferentes cursos (enlazo a la imprescindible Wikipedia!).  Es durante esta celebración cuando los alumnos del primer año dejan de ser caloiros – algo así como los novatos – y pasan a ser pastranos.

Los estudiantes de último curso se despiden de la universidad y en un acto simbólico queman unas cintas de diferentes colores según la facultad a la que pertenecen. Y de aquí el nombre “Queima das Fitas”. A pesar de que esta tradición es en realidad originária de Coimbra, y cuenta con 110 años de historia, se ha extendido en todas la universidades. Es, en definitiva, una fiesta por todo lo alto.

Lo más impactante fue ver Oporto lleno de estudiantes vestidos de negro con sus trajes típicos invadieron las calles y las plazas. Un traje que inspiró a J.K.Rowling mientras escribía la história de Harry Potter – sí, la escritora vivió en Oporto durante años y hay numerosas referencias a la história de Portugal y a sitios concretos de la ciudad en sus archiconocidos libros.

La verdad es que resultó casi surrealista ver a tanta gente con traje y capa negras: para muestra, una foto!