¡Solidaridad y evolución.. sigamos cooperando!
2 febrero, 2016
Los talleres realizados el sábado 30 de enero dieron por finalizada la exposición “Solidaridad y Evolución” en el museo de la Evolución Humana en Burgos.
Esta exposición se inauguró en diciembre de 2015 y se pudo visitar durante un mes. Durante este tiempo muchas personas pudieron disfrutar de diferentes paneles y materiales didácticos cuyo objetivo era explicar la evolución humana desde un punto diferente del que estamos acostumbrados: ¿cómo ha influido la solidaridad en la evolución humana?
Partiendo de la observación de la cooperación celular en el cuerpo humano, analizamos la relación entre el ser humano, las plantas y las abejas: ¿cómo pueden todos estos actores cooperar para la supervivencia?
Gracias a la colaboración entre Amycos, el museo y ciertos colegios numerosos niños y niñas de diferentes edades tuvieron la oportunidad de conocer la exposición durante una visita guiada.
Con la compañía de Raúl, uno de los chicos que trabajan en el museo, realicé unos talleres explicando a los niños los diferentes pasajes de la evolución y la solidaridad en el tiempo. Además de la parte teórica, los niños participaron en unas dinámicas con las que podían comprobar en primera persona los beneficios de la cooperación.
La primera dinámica que realizamos fue el juego de “la tela de araña”. Se unía a los estudiantes s con un ovillo de lana y tenían que intentar poner un rotulador ligado a los diferentes hilos dentro de un contenedor. Esto permitió que los niños comprobasen cómo se puede colaborar para lograr la realización de un objetivo final común.
La segunda dinámica fue el teatro y los sentimientos. El objetivo de esta dinámica era la expresión de los sentimientos utilizando solamente el lenguaje facial. Se trataba de ver cómo es posible expresarse mejor a través del lenguaje corporal que con el propio lenguaje.
La última dinámica fue el juego de “las islas cooperativas”. Con una estructura similar al clásico juego de las sillas que todos conocemos, en esta actividad no gana quien ocupa la última silla, o en este caso la última “isla”, sino quien logra ayudar a la otra persona a permanecer juntos en la misma “isla”.
Fue un mes largo, vi a muchos niños y niñas con diferentes ideas, conocimientos y actitudes. La sonrisa de cada uno de estos niños ha conseguido fortalecer mi idea de que es necesario trabajar este tema para los que serán los protagonistas del mañana.