Blog Amycos

Voluntariado Internacional y Servicio de Voluntariado Europeo

Que se hace en un voluntraiado en Bolivia?

15 abril, 2024

¡Hola a todos! Soy Morena, llevo 5 meses en Bolivia, estoy en la mitad de mi experiencia de Servicio Civil Internacional y podría escribir un libro por la cantidad de eventos que he vivido y cosas que he descubierto. Pero no te preocupes, me limitaré a una página. Hoy me gustaría centrarme en la variedad de actividades que realicé para la Asociación Anawin, en Cochabamba.
Entre las primeras tareas que me encomendaron, asistí a un encuentro de orientación vocacional y ocupacional con alumnos de último año de bachillerato, y los invitados especiales fueron un militar, un empresario del sector turístico, un ingeniero… y yo, precisamente! Me sentí asombrada, emocionada y honrada de ser parte de esa mesa. Escribí mi discurso para los niños enseguida y haciendo acopio de todo mi coraje con ambas manos, intenté inculcar lo máximo posible a todos aquellos jóvenes (al final sólo nos separaban unos años…) que estaban a punto de elegir su propio camino, ¡deseándoles buena suerte!
Posteriormente, la actividad que me ocupé fue la gestión del CRAP, es decir, el Centro de Recursos de Apoyo Pedagógico. Organicé talleres de dibujo artístico, origami, teatro, danza, lógica, psicomotricidad, escritura creativa y modelado en arcilla con niños de primaria. Antes de llevarlos al aula, les puse música clásica que les hizo abrir mucho los ojos y decir “oooh” desde el primer momento. Luego leímos un cuento, primero ellos individualmente y luego yo en voz alta, y hablamos juntos sobre de qué se trataba, quiénes eran los personajes, qué pasó y qué podríamos aprender del cuento. Luego comenzó la actividad manual: ya fuera sosteniendo un lápiz y colores, un cuadrado de papel de colores o un bloque de plastilina, se mostraban entusiasmados y felices, e incluso los más tímidos creaban su obra de arte, seguida de elogios ¡y hasta aplausos! ¡Fue extremadamente gratificante planificar y luego llevar a cabo estas reuniones, que fueron a la vez desafiantes y, por lo tanto, “recargadoras”!
Siguiendo con el tema del trabajo realizado, se crearon dos talleres, de confección y de repostería, con el fin de transformar a las madres de los estudiantes en empresarias autónomas que puedan abrir su propio negocio y volverse económicamente independientes y estables. Enseñar a las mujeres una habilidad práctica, útil y utilizable en el mundo del trabajo es una forma de empoderamiento, capaz de ampliar su mentalidad y romper con estereotipos y patrones sociales rígidos. El viaje que vivieron juntos y la ayuda mutua les dio valor y apoyo, esperanza y fuerza para construir responsablemente un futuro más libre, seguro y pacífico. El objetivo final es garantizarles los recursos y una metodología para lograr una emancipación financiera, pero también psicológica, logística y social que sea sostenible, duradera y autosostenible, dado que la asociación se mueve cada tres años para generar cambios en las diferentes comunidades. Para la mayoría de “las mamás” no era fácil participar asiduamente en las reuniones, entre compromisos familiares y dificultades organizativas: casi todas con niños pequeños a cuestas o atados a la espalda, amamantándolos, acunándolos, secándoles las lágrimas y jugando con ellos… pero al final del curso “debutan” participando en una feria pública donde vendían sus creaciones y productos. ¡Les deseamos que continúen esta nueva aventura con orgullo y tenacidad y que tengan éxito en esta iniciativa!
Además, se realizaron encuentros educativos para padres sobre temas de actualidad e importancia social, como la soberanía alimentaria, la igualdad de género, la ecología y el cambio climático. Durante las reuniones se brindó información útil y sobre todo se fomentó la sensibilización y el empoderamiento respecto a estos temas a través de la participación y el debate activo. Además, por la tarde se realizó apoyo escolar a los niños que más lo necesitaban.
También seguí la evaluación de la gestión de los huertos familiares (¡70 en total!): previamente se habían distribuido diversos materiales de construcción, entre ellos mallas de alambre y postes de madera, y diversas semillas (como cebollas, lechugas, tomates, rábanos y pepinos) para la construcción y cuidado de huertas. Fue un éxito, y el cultivo de verduras y hortalizas ha fomentado hábitos más saludables en la cocina y una dieta más rica, sana y equilibrada.
Finalmente, la última hermosa misión que me encomendaron fue supervisar la creación de murales, encaminados a transformar un aula de concreto y ladrillo en un espacio de creatividad y expresión, el nuevo CRAP donde continuarán las actividades creativas pronto!

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